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Con la reforma impositiva, pagarán menos Ganancias los trabajadores autónomos

Los de ingresos más bajos dejarán de tributar; el máximo ahorro previsto es de $ 18.188 al año para las categorías más altas; es porque se duplicaría el monto de la deducción especial.

 

Los grandes proyectos del Gobierno incluyeron sistemáticamente un anzuelo para la clase media. La ley de blanqueo, su contraprestación jubilatoria; la reforma laboral, una extensión de la licencia por paternidad; los cambios tributarios, una mejora para los trabajadores autónomos.

Con el objetivo empezar a equilibrar las desigualdades con los empleados en relación de dependencia en el régimen del impuesto a las ganancias, el proyecto de reforma tributaria que el Gobierno envió al Congreso propone duplicar la deducción especial del gravamen para los 398.500 trabajadores que revistan en esa categoría.

Gracias a estos cambios propuestos, los solteros que obtengan una ganancia anual neta de $ 156.000 ($ 13.000 mensuales) dejarán de pagar el impuesto. En tanto, los casados con dos hijos que tengan beneficios desde $ 18.000 hasta $ 20.000 mensuales tampoco pagarían si llegara la venia del Congreso al proyecto oficial. Asimismo, aquellos que cuenten con ingresos netos de entre $ 600.000 anuales ($ 50.000 al mes) y $ 840.000 ($ 70.000), los que están al límite del beneficio máximo otorgado por el impuesto, se ahorrarán $ 18.188 al año.

Para varios especialistas consultados por LA NACION, la medida es significativa porque mejora la situación de desventaja de los autónomos. No obstante, los expertos también señalan que esta modificación sigue siendo insuficiente si se observa la inflación acumulada en los últimos años.

«La norma es buena porque de alguna manera pone en un pie cercano de igualdad, no todavía en igualdad, lo que son las deducciones personales para los autónomos con las del resto», afirmó el tributarista César Litvin, autor de los ejercicios sobre el impacto de los cambios oficiales que ilustran esta nota.

«Ante la presión ejercida por la CGT en los últimos años, cuando se aumentaban los mínimos no imponibles de Ganancias o las deducciones, sólo se beneficiaba a los trabajadores en relación de dependencia, lo que terminó produciendo una brecha muy importante en detrimento de los autónomos», destacó el especialista.

«Los autónomos son también trabajadores y pagan mucho más de impuesto a las ganancias. Esto viola un principio de igualdad: a igual capacidad contributiva, igual tratamiento», afirmó Litvin.

El tributarista estimó que la modificación «mejora sustancialmente» los ingresos de los autónomos, ya que aquellos que pagaban poco dejarán de pagar Ganancias, mientras que los de ingresos medios ven reducido su impacto en el impuesto. «La incidencia en los niveles altos es escasa, pero en los medios y bajos pega con más fuerza, lo que hace la reforma más progresiva», indicó Litvin.

«El incremento es insuficiente por dos motivos», cuestionó Pablo Coccorullo, senior manager de la firma KPMG. «El primero es que el autónomo continúa en desventaja en comparación con el empleado en relación de dependencia», enumeró. «El segundo, que dicho incremento está muy por debajo del que resultaría de aplicar los índices de inflación o la variación del tipo de cambio a la deducción especial vigente a la fecha de sanción de la norma original en la convertibilidad», explicó el especialista de una de las auditoras denominadas big four.

Según el ejercicio elaborado por Litvin, para los solteros, en el caso de una ganancia neta mensual de $ 13.000 se aplica hasta hoy una tasa efectiva de 3% ($ 4247 al año). Con la reforma se deja de pagar (es decir, la tasa pasa a 0%). Para un ingreso mensual de $ 20.000, la tasa es hoy de 8% ($ 19.495,18 al año) y pasaría a ser de la mitad tras la reforma. El contribuyente se ahorraría $ 10.516,37 anuales. Para beneficios por $ 30.000 mensuales, un soltero debería pagar $ 51.580,46 (14%). Con los cambios, tributaría el 10%, un descuento de $ 14.673,73. Para los ingresos de entre $ 50.000 y $ 70.000 ya mencionados, el ahorro sería de $ 18.188 al año (la tasa efectiva pasa de 22% a 19% y de 26% a 24%).

Casados con hijos

Para los casados con dos hijos, en el caso de una ganancia neta mensual de $ 20.000 se aplica hasta hoy una tasa efectiva de 1% ($ 2687 al año). Con la reforma se deja de pagar (la tasa pasa a ser 0%). Para un ingreso mensual de $ 30.000, la tasa es hoy de 7% ($ 24.713 al año) y pasaría a ser de 4% tras la reforma. Se ahorraría $ 11.423 anuales. Para los ingresos de entre $ 50.000 y $ 70.000 ya mencionados, el ahorro es de $ 18.188 al año (la tasa efectiva pasa de 16% a 13% y de 22% a 20%).

«El sector de los autónomos estuvo olvidado por los políticos desde hace mucho tiempo y por ello este aspecto de la reforma es una excelente noticia», indicó Diego Fraga, socio de Rctzz Abogados. «A futuro, deberían tener un similar tratamiento fiscal los autónomos y los empleados en relación de dependencia, para evitar una discriminación arbitraria que ya es insostenible», agregó el profesor de la Universidad Austral, que explicó que este tratamiento se justificaba históricamente en que estos últimos contaban con mayor «libertad» -de lo que se descontaban abusos- para deducir gastos frente a los empleados en relación de dependencia.

«El salario del empleado no difiere en sustancia del honorario que percibe un autónomo. Ambos son de carácter alimentario», dijo el abogado, y agregó: «Por otra parte, es necesario que la legislación proteja al autónomo, que no cuenta con un ingreso regular, vacaciones y licencias pagas, protección ante enfermedades y accidentes o seguros, entre muchos beneficios».

«Achicar la brecha entre autónomos y empleados en relación de dependencia es uno de los puntos más equitativos y progresivos de toda la reforma tributaria», afirmó Iván Sasovsky, fundador de Sasovsky & Asociados. «La medida no es del todo plena porque sigue existiendo una diferenciación respecto de los empleados en relación de dependencia y de los monotributistas, cuya tributación es irrisoria frente a lo que tributa un autónomo», sentenció, y reclamó una actualización de deducciones y gastos, como intereses de préstamos hipotecarios, amortizaciones y gastos de automóviles, que hacen a la manifestación económica real de ganancia y que «hoy son una mera ficción».

 

Fuente: La Nación

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