El Gobierno decretó una rebaja de los gravámenes internos y estimó una caída de precios del 8% en esos productos
Lo dijo en voz baja, casi al oído. «Al Gobierno lo único que le interesa es el precio al consumidor», sentenció el hombre sentado a la mesa de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) anteayer, en el cierre de la 23° Conferencia Industrial de la UIA. «Tendremos que ser más competitivos», añadió. ¿Pueden hacerlo o van a levantar las fábricas y se volverán importadores?, preguntó LA NACION. «Hay margen para ser más competitivos», cerró.
Con el objetivo de evitar que se frenen las ventas de celulares, televisores LCD, microondas y equipos de aire acondicionado hasta que bajen los precios, algo que ya ocurrió cuando se anunció la implementación de las bajas de aranceles a las importaciones de notebooks y tablets, el Gobierno adelantó por decreto parte de la letra de la reforma tributaria que comenzará a negociarse en estos días en el Congreso.
Con la publicación, ayer, del decreto 979/17, anticipó la baja gradual del impuesto interno para los productos electrónicos que se venden en el continente (nacionales e importados) y la eliminación del gravamen para los fabricados en Tierra del Fuego. Con esa medida, tanto en el Ministerio de Producción como en las empresas fabricantes de la isla prevén bajas de precios al consumidor desde fines de año. En Producción estiman que la rebaja deberá ser de un 8% en lo inmediato y de 20,5% cuando el impuesto interno desaparezca, en 2023. Entre los empresarios fueron más cautelosos y estimaron que todavía no pueden establecer ni cuánto ni cuándo bajarán los precios. Eso dependerá del stock, la inflación y la estacionalidad, estimaron.
La decisión tomada por el Gobierno y plasmada en el Boletín Oficial no proviene sólo de un reclamo del sector de la electrónica o de los electrodomésticos. Las automotrices también vienen pidiendo al Ejecutivo el adelantamiento de la eliminación de la base inferior del impuesto, que grava con una alícuota del 10% los vehículos de gama media (versiones full). Producción no descarta tomar la decisión. En el sector ya se ilusionaron tras la medida de ayer. Igualmente, todo se resolverá antes de fin de año, cuando vence la última prórroga.
«Creemos que en lo inmediato los precios deberían bajar un 8%», dijeron fuentes oficiales a LA NACION, y estimaron que luego de cumplido el plazo de reducción gradual del gravamen, en 2023, los precios deberían bajar un 20,5%. En el Gobierno ratificaron que la decisión responde a no generar ruidos en las ventas y que esto era parte de lo acordado en la reforma tributaria.
En la actualidad, el impuesto interno que grava al sector en el continente es del 17% (tiene una tasa efectiva del 20,5%). En Tierra del Fuego, en tanto, es del 6,55%. El año próximo, según la reforma, iba a ser de 10,5% en el continente y de 0% en la isla. Esta decisión se adelantó con el decreto de ayer, que es retroactivo al 15 de este mes, dos días después de cerrado el acuerdo entre el gobierno nacional, el de Tierra del Fuego, las empresas y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
El pacto estableció el congelamiento de salarios por dos años en las compañías electrónicas y de electrodomésticos de la isla (las empresas querían una baja del 30%), no habrá despidos, la quita del impuesto interno será gradual y se mantiene la diferenciación entre el continente y la isla. Por su parte, el gobierno provincial se comprometió a eliminar costos portuarios y a reducir la tasa de verificación de procesos productivos.
La rebaja del impuesto interno para los productos del continente seguirá con los años, según lo prevé el borrador de la reforma. La alícuota será del 9% en 2019, 7% en 2020, 5,5% en 2021, 3,5% en 2022 y 2% en 2023. A partir del siguiente año será de 0%. En 2023 vence el régimen de estabilidad tributaria en Tierra del Fuego. No está confirmado qué ocurrirá con ese paraguas desde entonces.
«El decreto estaba en los planes», indicó a LA NACION Federico Hellemeyer, presidente de Afarte. Aclaró que dará seguridad jurídica y previsibilidad a las empresas y los consumidores en 2018. «Cuando se apruebe la reforma, posiblemente quede abstracto», aclaró.
«Si se toma una medida que reduce el costo va a haber un correlato en precios», anticipó Hellemeyer. «El cuánto y el cuándo va a depender de cómo el mercado y los actores de la cadena de valor manejen esto. Más allá de la entrada en vigencia del decreto, en los retailers hoy hay un stock con impuesto, otro que pagó el adelanto y ahora quedó afuera, existirá en un tiempo otro sin internos. Va a haber una baja de precios, pero veremos cómo se da», concluyó el directivo.
«El decreto publicado hoy es la primera etapa, junto con la reforma tributaria que entró al Congreso, de los acuerdos establecidos entre el sector industrial, el sindical y los gobiernos nacional y provincial de Tierra del Fuego», comentó Tirso Gómez Brumana, director de Asuntos Corporativos de BGH. «Es muy importante que sigamos trabajando en los compromisos establecidos por las partes que, en el caso del gobierno nacional, implica simplificar procesos productivos, disminuir costos asociados a logística y seguridad, entre otros. Por parte del sector industrial, mantener un sólido compromiso con la baja gradual de los precios de sus productos; y desde el gobierno provincial y la UOM, promover la paz social en la isla, mientras este proceso se lleva adelante», cerró el ejecutivo de BGH.
Los números del decreto
8% – Baja de precios: Es el porcentaje que el Gobierno cree que bajarán los valores en lo inmediato
20,5% – En cinco años: Sería la caída de los precios de los productos luego de la eliminación de los impuestos
10,5% – Impuesto interno: Es el impuesto interno que pagarán desde ahora los productos del continente y los importados
0% – Gravamen en la isla: Los productos fueguinos de electrónica quedaron desgravados, tras el decreto
8000 – Trabajadores: Son los que están empleados en la industria de electrónicos y de electrodomésticos de Tierra del Fuego