Si las condiciones del mercado financiero se mantienen, y el Banco Central persiste en su política de reducir la tasa de inteŕés de las Letras de Liquidez (Leliqs), a partir del 1ro de enero ya con la administración de Alberto Fernández va a ser menos costoso retrasarse en el pago de impuestos con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
La reducción sería de un punto, y aun así seguirá siendo un costo alto para los contribuyentes. De los actuales 5,34% mensuales por resarcitorios y 6,14% de punitorios, se bajaría a 4,1% y 5,12% respectivamente, siempre y cuando la tasa del canal electrónico para plazo fijo en pesos a 180 días del Banco Nación se mantenga en el actual 41% anual cuando llegue el viernes 20 de este mes. Ese día la Secretaría de Hacienda fija las tasas que regirán para el período enero-marzo del 2020. Es equivalente al rendimiento del depósito a plazo fijo del BNA multiplicado por 1,2 para los resarcitorios (cuando el contribuyente se retrasa en el pago) y por 1,5 para los punitorios (cuando la AFIP comienza el cobro por gestión judicial).
Como consecuencia de la crisis desatada después de la devaluación de agosto, el BCRA tuvo que llevar la tasa de las Leliqs a casi el 80% anual, mientras que los bancos acompañaron el proceso para los depósitos de sus clientes. Cuando en septiembre se fijaron los punitorios y resarcitorios que iban a regir en el último trimestre del 2019 el BNA pagaba el cerca del 53 % anual por seis meses en el canal electrónico, que es 10 puntos más caro que hacer el depósito en la sucursal. Luego de ello, la entidad rectora del sistema financiero inició una política más agresiva de reducción de tasas debito a que al mismo tiempo imponía el cepo hard al dólar para atesoramiento. Ya no necesitaba de la referencia de la tasa para evitar que los pesos corrieran hacia el billete norteamericano.
Mientras eso ocurre, la nueva administración de Alberto F. tiene previsto enviar al Congreso de manera inmediata una moratoria fiscal y previsional amplia para alivianar la mochila que pesa sobre las espaldas de la mayoría de las pequeñas empresas. Allí entraría el grupo de aquellos que le deben al fisco sin tener ningún plan, y se supone que se permitirá ingresar a los que están en algún plan de pagos.